
Esa tarde, me encontré perdida en el recuerdo. Pensaba en aquellos momentos de mi infancia en los que aún siendo una niña que no entendía muchas cosas, podía percibir la precariedad. La ausencia de muchas cosas; materiales y abstractas. No sabía lo que era ni por qué pasaba, pero notaba que por ejemplo, a diferencia del arsenal de zapatos y juguetes de mis amiguitas, yo tenía los necesarios. También que a veces, mi mamá lloraba cuando le decía que tenía hambre. No entendía mucho pero supe auto educarme para pedir lo necesario porque sabía que no había para más. Y a pesar de las faltas, nunca realmente hicieron falta. Crecí fuerte y sin expectativas.
Estas estampas del pasado me invaden con la misma sensación que de niña me quitaban el sueño. Si lo traduzco a una imagen, diría que es como un río abundante de dudas sin respuestas en el cual me arrastro sin ánimos de sentir nada más que el presente. Porque en el fondo, sé que no hay mejor manera de ganarle a la vida que estando presente. Así que, flui hacia las calles de una ciudad olvidada. Y me paré justo en la esquina de una calle sin nombre. A esperar. Las gotas de lluvia caían de a poco en el cristal del carro, como alertando a la consciencia y a los sentidos lo que se avecinaba. De repente, un hombre pasando en bicicleta se metió al cuadro. Un hombre con lo necesario; su cuerpo, los pedales y la fuerza. Alisté mi arma, él me olfateó y volteó a verme. En su cara borrosa, inmediatamente reconocí lo que buscaba y disparé mi cámara.
El retrato que se dibujó resultó ser la representación exacta de ese laberinto en el que me pierdo cuando pienso en lo constante y repetitiva que es la precariedad. Que al final, no sabes a dónde te lleva, pero pedaleas en su contra, con lo necesario. Entonces, junto a la foto, capturé el recuerdo. Y solo ese momento bastó para confiarle a ese hombre en bicicleta el recuerdo de una niña que aprendió de la escasez. Porque sé, con certeza, que él también la vive.
Carlos, muy interesante y creativa la iniciativa. Muy cautivador como Rayze manceba ambas realidades de las vidas de cada uno de los personajes de la historia. Continuaré esperando por la próxima imagen.
Me gustaLe gusta a 1 persona