Un nuevo comienzo

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Los días han sido raros y ya son muchos los días. Sin embargo, tanto tiempo en las manos me ha obligado a empezar varias cosas y a terminar otras que se quedaron en el aire. Entre ellas, estaba mi deseo de continuar con este blog pero por más que buscaba, no encontraba los accesos al mismo y pensé que no tendría manera de recuperarlo.

Hace un par de días, en uno de esos papeles llenos de garabatos y notas que uno deja por ahí, encontré un password que no se parecía a ninguno de los otros que uso a diario, decidí probarlo y aquí estoy de nuevo.

Como no he tenido tiempo de escribir una historia como en mis posts pasados, simplemente quería dejarles saber que seguiré con esto ahora que tengo mis accesos nuevamente. En lo que traigo nuevas historias y entrevisto a algunos de mis amigos fotógrafos, los dejo con un par de imágenes que he rescatado de mi archivo en estos días y que he publicado recientemente en mi Instagram (@crubin).

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Esta imagen la hice en el Viejo San Juan hace un par de meses y aunque no ganó, fue escogida por el jurado para la galería de los «Street Photography Awards» de Lensculture este año.

Hay veces que esperar es la mejor recompensa para un fotógrafo como yo que lo que hace es tirar en la calle y este es uno de esos casos. La luz y la textura del lugar me detuvo pero no había nada pasando. El carro parecía al principio más un problema que una oportunidad pero decidí quedarme allí un rato. Entonces entró al cuadro esta mujer caminando y pasaron varias cosas interesantes. Los tonos rojos y negro de su ropa combinan con los tonos y las sombras del carro. El recuadro verde en la pared parece enmarcar su cara y algo de su cuerpo. Ella camina en dirección contraria a la del carro y las dos ventanas reflejadas en el cristal de este, hacen juego con las dos puertas marrón que están detrás de ella y las dos en el edificio amarillo. Y al final de todo, está esa pieza de ropa blanca que cuelga del balcón, imitando el blanco de la pared o quizás queriendo decir algo. Todo es casualidad pero todo funciona gráficamente de alguna forma. Lo mejor de todo, es que nada fue planificado.

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Las oportunidades de una foto interesante están ahí pero no siempre es lo primero que ves y tienes que «literalmente» darle la vuelta al asunto. Cuando me bajé del carro en Ocean Park, lo hice porque me llamó la atención el color de estos salvavidas. Pero desde el lugar donde me bajé eran solo eso, salvavidas de colores colgados de un toldo. A punto de irme, decidí caminar alrededor de ellos para ver si desde otro punto de vista se convertían en algo más interesante. Al hacerlo, la mujer fue entrando poco a poco en el hueco de uno de ellos, y entonces dejó de ser un salvavidas para convertirse en el marco de un retrato.

«A frame within a frame» es algo que utilizo muchas a veces si surge la oportunidad. El propósito de esta técnica, es atraer la atención hacia el sujeto de la foto.

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Esta son una de esas cosas extrañas y maravillosas que no sabes como ocurrieron. Ese día me fui a Aguirre, mi lugar favorito de todo Puerto Rico. Con sus casas de madera en pedazos y la sensación de que llegaste a un pueblo fantasma abandonado en el tiempo, este es un lugar que necesito visitar de vez en cuando por alguna razón que no entiendo.

A punto de irme y un poco frustrado por tener que volver a San Juan sin una foto que me gustara, tuve que detener mi carro porque este caballo comenzó a cruzar la calle. De momento se detuvo en el mismo medio de la línea blanca que cruza el pavimento y la gráfica me sacó por el techo. A lo que no le vi mucha oportunidad fue a bajarme del carro y acercarme sin que se moviera pero tenía que intentarlo.

Poco a poco me fui acercando y al darse cuenta, giró su cabeza hacia mí, tiré la foto y salió corriendo. Esta imagen es la oportunidad de una fracción de segundo que te regala la vida y tienes que estar preparado para aprovecharla.

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Por último, comparto esta imagen que hice hace un par de meses desde un banquito del Hotel El Convento, en el Viejo San Juan.

Agotado con el calor y cansado de caminar para arriba  y para abajo por la ciudad más bella que existe, me senté a descansar antes de ir a buscar mi carro. Nuevamente, uno de esos días donde pasé 3 o 4 horas buscando una imagen, sin darme cuenta que son las imágenes las que te buscan a ti.

Mientras descansaba, escuché a tres muchachas conversar. Venían contentas, haciendo chistes y riéndose entre ellas. Me fijé que dos estaban vestidas casi del mismo color y cuando miré para al frente, vi que las paredes y todo lo que había alrededor mío era igual también.

Entonces abrí la cámara de mi iphone, la apunté hacia la pared para no llamar la atención y lo único que me quedó por hacer fue rezar para que la tercera muchacha (que no estaba vestida de amarillo), se mantuviera fuera de mi encuadre. No se como pasó, pero pude lograr la foto que quería.

La calle me encanta y espero que mis fotografías y las pequeñas historias detrás de ellas te hayan gustado a ti. Pronto espero poder hacer muchas más. En lo que sucede, te invito a seguirme y compartir este blog.

Saludos!!
Rubín

 

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Ich habe es genossen, Ihren Artikel zu lesen. Odelinda Baron Bever

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