«Con gente o sin gente»: Los espacios públicos de Falsonombre

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Primero, sus fotos de Cuba me llamaron tanto la atención que esa tarde detuve mi búsqueda en Instagram tan pronto vi la primera. Después, cuando quise saber quién era, leí que se hacía llamar «Falsonombre» y me picó la curiosidad más aún. Esa tarde empecé a buscar más de su trabajo por todas las redes.

Lidy, (así de sencillo), es el verdadero nombre de esta chica de 25 años de Arecibo que describe sus proyectos fotográficos como unos de iniciativa propia. Su pasión por la fotografía y los espacios públicos se pueden sentir en la manera detallada en que contesta las preguntas de esta entrevista. Lidy se vive cada fotografía que hace y es fácil palparlo en cada una de sus respuestas.

Cuando hago estas entrevistas me gusta que la primera imagen que la gente vea sea la que tiene más significado para el fotógrafo y que él o ella nos cuente un poco de por qué es tan especial.

Me encontraba caminando por la ciudad de Santiago de Cuba, días antes de que comenzara la Fiesta del Fuego. Yo le resto poca importancia al hecho de que haya o no personas en el espacio público, por lo que me entretuve haciendo tomas de la arquitectura de esa bonita ciudad. Sin embargo, al cabo de un rato ya me estaba aburriendo. Quería una foto impactante. Llevaba unos 15 minutos de caminata y me encontraba ya en una barriada de los suburbios de la ciudad. Allí tú comienzas a sentir la “vibra” de extrañeza en las miradas de la gente desde sus ventanas. No me sentía en peligro, pero sí intrusa. Eso me permitió pre configurar el “state of mind” de lo que podía ser mi próxima foto.

Quería reconocer mi condición de “extraña” y que mi objetivo fuera un sujeto en su entorno. De momento me encuentro con este escenario. No lo pensé dos veces y me acerqué bastante a mi objetivo (que en este caso no era el cerdo, sino el hombre que lo estaba abriendo). Tenía mi cámara sujetada con el strap en mi brazo izquierdo y mi celular en la mano derecha. Todavía no había hecho esa “difícil” decisión, pues cuando mi objetivo es un sujeto suelo ser empática dentro de lo que “la calle” me lo permite. Quería solamente dos cosas: contacto visual, y el “frame” completo. Una vez él levanta su rostro y me mira de reojo, en una fracción de segundos tomé mi celular. El resto es el resultado. Los días que me quedaron en Cuba miraba una y otra vez la foto con gran asombro. Hasta la fecha me atrevo a decir que es la imagen más poderosa que he podido captar. Simboliza otra “yo” fuera de lo conceptual y del «still life», con personas y hecho reales en sus imágenes, sin dejar la calle.

001 Foto Muy Especial, Mobile Photo

Una mañana me topé con tus fotos de Cuba en Instagram y tuve que detenerme. Nací en la Habana así que te imaginarás como estas fotos siempre me cautivan. La composición y la intimidad de las tuyas me encantó porque se siente que estás ahí con ellos, ¿Te detienes a hablar con tus sujetos? ¿Llegas a conocerlos?

En el caso de Cuba fue inevitable evadir las posibilidades de charlar con las personas. La mayoría se acercaban a mí voluntariamente por otros fines, les gusta hacerte preguntas. Les resulta muy curioso también que andes con una cámara, rápido te ponen el sello de fotoperiodista o de estudiante. Yo disfruto mucho esa dinámica, hace unos años viví en Europa mientras estudiaba y conocí mucha gente, así que estoy acostumbrada a hablar con personas de diferentes países y culturas.

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El flow caribeño lo conozco bien porque he visitado otras islas del Caribe, y claro, soy caribeña. Mi condición de antillana me dio una ventaja en Cuba, pues pude conversar con muchos de mis sujetos de una manera más íntima y sin perder la espontaneidad que busco de la experiencia en la calle. Más del 90% de las imágenes fueron espontáneas, sin que el sujeto forzara la cotidianeidad de sus actos. Creo que ese sentimiento de familiaridad que percibes entre fotógrafa-sujeto en mis imágenes tiene que ver mucho con el hecho de que me veo y me siento como ellos en cierta medida.

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¿Por qué Cuba? ¿Cuánto tiempo estuviste? ¿Hay algún lugar especial allí al que te gustaría volver para fotografiar nuevamente?

¿Quién no quiere ir a Cuba? Tenemos tantos paradigmas sobre la vida en Cuba y lo que significa “ser o no ser cubano/a” que no pude resistirme a experimentar por la mera curiosidad durante este verano (junio-julio). De hecho, ir a Cuba supuso un riesgo para mí. Recién graduada de maestría, en lugar de pasar mi verano buscando un empleo, decidí viajar a Cuba. Lo vi también como una oportunidad de exponer mi trabajo artístico en otras esferas y llevarlo a otros niveles.

Hasta la fecha, Cuba es la isla del Caribe con mayor exposición fotográfica a nivel internacional por la comunidad de “street photographers”. Incluso muchos fotógrafos tienen uno o más libros con bastante contenido que documenta la experiencia cubana más allá del cliché. Esa misma exposición en cierta medida le ha dado una identidad muy particular a Cuba como destino para fotografiar, por no decir que es casi predecible el contenido que como espectador puedes recibir por parte de un fotógrafo que estuvo en Cuba. Sin embargo, yo veo eso también como una posibilidad de destacar tus imágenes con tu propio estilo. Para mí todos los lugares que visité fueron especiales, pero si pudiera volver regresaría a Santiago de Cuba y al Valle de Viñales.

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Tu trabajo es pura calle, lleno de esos momentos pequeños y únicos de todos los días ¿Te consideras una «street photographer» al cien por ciento o hay otros tipos de imágenes que te gusta hacer?

No me etiquetaría como “street photographer”, pero sí como una joven que vive en las calles de “la isla” y que se ve sumamente atraída por componer en el entorno urbano. Adoro cualquier acercamiento con la fotografía que me lleve a los espacios públicos (con o sin gente en ellos), sin importar el estado de los mismos o el género fotográfico al que pueda pertenecer la imagen.

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002 Mi foto favorita

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La calle a veces no es tan fácil cuando caminas por ella con una cámara. ¿Alguna vez has pasado un mal rato? ¿Tienes algún consejo de cómo acercarte a las personas que no conoces? ¿Pides permiso para retratarlos o estás preparada para correr súper rápido?

Soy una mujer muy arriesgada. Adoro los retos, pues soy de la escuela “no tengo nada que perder”. ¡Ojo!, no se tomen este mantra al extremo. Siempre que salgo a la calle soy muy estratégica, incluso en mis aventuras más esporádicas. Lo más parecido a un mal rato fue una vez que entré a una residencia en Utuado, con la autorización del propietario. Todo iba bien hasta que sentí ese “yo no sé qué” en su energía. Me hice la que recibió una llamada, y me despedí rápidamente. En ocasiones me veo tentada de volver a pasar, ya que es un lugar muy particular, pero reconozco que sola no puedo ir.

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En este tiempo que llevo fotografiando en la calle he confirmado dos grandes reglas de oro. La primera, acércate a tu objetivo lo más que puedas, cuidando siempre los límites. Y como segunda, bueno, dentro de la “espontaneidad” de la calle hay un proceso de estrategia y de toma de decisiones muy importante que como fotógrafos (as) debemos tener en cuenta cuando identificamos nuestro objetivo. Es mejor pedir perdón que pedir permiso, muchas veces salgo con mis audífonos y la música alta para no escuchar si me dicen groserías. Todo depende del estado en que me encuentre y el lugar.

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Hay que tener mucha malicia, mas en ciertos lugares hay que reconocer a tiempo cuándo retirarse, como me pasó en Utuado. Ese instinto lo adquieres con la experiencia y los pequeños sustos. Eso sí, el acto de componer mi trabajo artístico en la calle es en lo personal revolucionario. Quiero ser un ejemplo para otras chicas jóvenes artistas, a que salgan a la calle solas y no lo vean como un riesgo, sino como un derecho: el ser y sentirse ciudadanas expresándose libremente.

¿Qué trabajo te inspira? ¿Tienes algún fotógrafo favorito, de esos que cuando ves una de sus imágenes brincas de la cama y sales a tirar fotos de inmediato?

Bueno, admiro mucho el trabajo de grandes fotógrafos como William Eggleston y Joel Sternfeld. Considero que son pilares de la escuela estadounidense de la fotografía a color en los géneros de «still life street» y paisajismo urbano respectivamente. En el caso de Cuba, debo mencionar que el trabajo de David Alan Harvey es una obra maestra en todas sus formas. Si me voy a mis redes, sigo el trabajo de muchos contemporáneos como Suzanne Stein (más “candid” y de documentación social). También a Argus Paul, quien ha tenido un 2017 de ensueño en la comunidad fotográfica premiado por Magnum y Sony.

En fin, son muchos los fotógrafos que admiro, pero mi verdadera inspiración es el entorno y nuestra coyuntura histórica. Reconocerme como caribeña cambió mucho el lenguaje de mis imágenes, las hizo más genuinas cuando dejé de imitar otros estilos. En este preciso momento, vivo en carne propia los efectos de la crisis y lo siento en la calle. Eso a su vez ha aflorado mi creatividad y me ha obligado a ser más consistente en mi trabajo creativo.

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Dicen que la mejor cámara es la que uno tiene consigo en el momento de hacer una buena foto. En la calle no siempre cualquier cámara es la mejor opción. ¿Qué cargas contigo? ¿Andas con varios lentes o eres como yo («one size fits all» y fuímonos) ? ¿Prefieres digital o película?

En estos momentos no suelto el lente 28 mm que me prestó mi amigo Josué desde hace unos meses. Me permite jugar con diversos escenarios a la hora de enmarcar. También me reta a acercarme más a mis objetivos y le da profundidad a mis imágenes. Hace mucho no disparo en analógico, y lo prefiero sobre el medio digital por la honestidad del medio en sí mismo y su margen de error. Somos más estratégicos en las tiradas cuando usamos película. Aprendí con cámaras analógicas, claro, y me da nostalgia, pero disparar en digital me ha abierto también muchas ventanas de posibilidades y disparo más en digital.

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Además de Cuba, he visto en tu Instagram que estás caminando las calles de Arecibo, Barceloneta, Manatí y otras de tu islita capturando imágenes. ¿Tienes algún proyecto nuevo en mente?

Mi mayor intención en esta coyuntura histórica es transmitir mi mirada fotográfica tal cual es: isleña y colonial. Claro, hablando de la fotografía particularmente, estoy trabajando la posibilidad de visibilizar más el género de “street photography” en Puerto Rico, con mayor seriedad. Esto con el uso de las redes, o en un futuro presentar un colectivo en alguna exhibición o festival. Considero que es ahora el momento, la oportunidad de visibilizar nuestras calles y la gente que las habita. Entiendo que puede ser un proceso incómodo para algunos, puesto que supone indagar en definiciones, organizarse y entre otras cosas, pero no estaría mal que un conglomerado sentara bases al respecto y quisiera ser parte de ello.

Nunca pierdo la oportunidad de moverme alrededor de la isla, fuera de la capital, más si cuento con el tiempo libre. Hay una realidad fuera del área metro que por ser “de la isla” siento la necesidad de documentar. De hecho, esa distinción entre los de la metro y los de la isla fue lo que movió mi obra. Viví siete años en San Juan, estuve cerca de dos años en Ponce y me crié en Arecibo. He pasado la mayor parte de mis horas recorriendo la isla de punta a punta. Por eso, desde 2015 llevo trabajando un proyecto personal titulado «Composition Issues». En él construyo imágenes producto de mis exploraciones urbanas en nuestras ciudades en deterioro. Desde hace poco, cuatro meses para ser exacta, puse mi cuenta de Instagram pública para mostrar por primera vez mi período de estudio y sus procesos de documentación porque me preocupa el estado en que se encuentran nuestros cascos urbanos. Quisiera que en el futuro este proyecto se convirtiera en un puente para que se establezcan redes de colaboración entre artistas de diversas regiones del país, o que se pudiera exhibir acompañado de una jornada de reflexión teórica y práctica sobre el deterioro de nuestros espacios públicos.

¿Cómo comparas tu trabajo de Cuba con el de Puerto Rico? ¿La receptividad a dejarse retratar es la misma? ¿Te preguntan para qué quieres las fotos? ¿Nos parecemos tanto en nuestra forma de ser? ¿Has pensado en alguna exhibición de ambos lugares?

Lo que hice en Cuba y lo que llevo haciendo en Puerto Rico no tiene comparación. En Cuba desde un inicio estaba muy convencida de que mis objetivos serían sujetos, más que cualquier otro elemento. Los cubanos están muy acostumbrados al lente de turistas y fotógrafos. En Puerto Rico nos queda mucho taller para visibilizar nuestros rincones, más allá de los tesoros naturales y atracciones turísticas. La receptividad cuando visito lugares del interior de mi isla no es la misma. La gente por lo general es muy hostil cuando te ven con la cámara, les incomoda porque no están acostumbrados y se asustan. Creo que poco a poco se puede romper ese paradigma, y de paso comenzar a visibilizar el país fuera de los acostumbrados estereotipos. Quizás a corto- mediano plazo haga una exhibición de ambos lugares, en realidad estoy abierta a cualquier posibilidad de visibilizar mi trabajo ya sea de forma individual o colectiva.

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Digamos que te pago un pasaje para que tires una foto en cualquier parte del mundo…¿A dónde irías?

¡Vaya! Pregunta difícil… Bueno, me gustaría cambiar de entorno y visitar el continente asiático. Nunca he tenido la oportunidad de estar por allá y sería un gran oportunidad de experimentar. Me llama mucho la atención una gran ciudad, Seoul podría ser.

Gracias Lidy por esta entrevista tan cool, llena de tus experiencias como fotógrafa y de tanta información valiosa para los que nos leen. ¡La he disfrutado un montón! 🙂

Aquí puedes ver el trabajo fotográfico de Lidy:

Página Web: falsonombre.com
Instagram: @falsonombre
Facebook: falsonombre.pr

El contenido de este artículo está debidamente protegido por las leyes internacionales de derechos de autor. Las imágenes son propiedad intelectual de Lidy / Falsonombre. La reproducción de este contenido no está permitida sin el debido consentimiento del autor.
© 2017 Carlos Rubín

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Carlos G dice:

    Carlitos, me gusto mucho tu articulo y tu seleccion de artista fotografico. He visitado Cuba desde los an’os ’50 y aun no conozco Santiago pero por las fotos de Lidy tengo el deseo de hacerlo pronto.

    Mitsukuri, presidente de Mirsubishi en PR en los ’80 decia que lo importante en las relaciones personales y de negocio no era tener todas las respuestas, sino hacer las preguntas correctas y tu articulo es un gran ejemplo.

    Felicitaciones y un abrazo,
    Carlosg

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  2. Rubin dice:

    Caramba Carlos, gracias por tu comentario, lo valoro mucho. Un abrazo!!

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  3. Nelida dice:

    Excelente artículo. Se de la sensibilidad de Lidy Y la felicito por su gran trabajo fotográfico . Dios te bendiga, persigue tus sueños!

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