La familia siempre lo hace pero no todos los amigos sacan la cara por ti. Este post se los dedico a ellos, a esos que literalmente han sacado la cara por mí para que yo pueda divertirme un rato.

A veces me canso de estar «cazando» fotos por la calle y siento la necesidad de empezar algún proyecto nuevo, algo que me refresque. Casi siempre estos proyectos tienen que ver con crear retratos, quizás porque siento que toda persona tiene algo interesante que enseñar y me encanta la idea de descubrir lo que es y tratar de que se vea en mi trabajo.

Por años he seguido el trabajo de muchos buenos fotógrafos, la mayoría de ellos son
«street photographers». Sin embargo, la fotografía de modas y los retratos son dos cosas que me encantan y sigo el trabajo de muchos fotógrafos de esta especialidad también. Entre ellos, uno de mis favoritos de toda la vida lo fue Richard Avedon. El trabajo de Avedon a veces era moda, a veces retratos de gente famosa y otras veces retratos más documentales como lo fue la serie «In the American West».

Pero si había una cosa que me encantaba de Avedon, era la manera en que impactaba emocionalmente a la gente mientras los retrataba. Muchas veces se sentaba frente a ellos y a una distancia muy corta, les hablaba en un tono tan bajo que el resto de la gente en el estudio no podía escucharlo.

Esta intimidad que Avedon desarrollaba con el sujeto, lo iba desarmando poco a poco. La persona iba quitándose todos sus «escudos protectores» hasta que al final, lograba retratarlo no solo por fuera, sino también por dentro.

Cuando uno ve el trabajo de estos artistas se inspira y sueña con lograr hacer lo mismo, pero capturar el alma de una persona no es nada fácil. Fotografiar «por dentro»no ocurre en un par de minutos…toma tiempo.

Cuando quiero «jugar»un rato el dilema siempre es a quién retrato. Mi esposa me gufea porque le doy tarjetas a todo el mundo, les digo que los quiero retratar y después no llamo a nadie.

No, no creo que yo sea muy tímido pero tampoco es fácil acercarte a alguien y decirle a esa persona que la encuentras muy interesante para una foto y que deseas retratarla. Sin embargo ese fue el caso de Natasha (foto de arriba). Después de hacer mi petición pensé que me tiraría con un plato por la cabeza pero para mi sorpresa accedió sin problemas y hoy día tengo una amistad bien cool con ella aparte de que he tenido la oportunidad de retratar a sus hijos también.

No puedo negar que la manera más «safe», ha sido pedirles a mis amigos que «saquen la cara por mi» de vez en cuando. Les he pedido que actuen, que hagan de super model y a otras les he alquilado hasta disfraces, pero todos me han regalado su tiempo y su confianza para que yo pueda curarme un rato.

Mientras escribo esto pienso en lo próximo que voy a hacer con mi fotografía y todos los caminos conducen al retrato, espero que esta vez sea más conceptual y atrevido.

Así que ya tengo un montón de tarjetas con mi teléfono alineadas, una silla de madera vieja con la que tengo una idea y un montón de ganas de hacer nuevas fotos.

 

Si me ves por ahí y te doy una tarjeta, te hago una historia de como te veo en mi foto y después nunca te llamo…sí, soy yo, así que por favor llámame tú a mi. Probablemente será un día de trabajo, un tanque de gasolina y una silla vieja. La paga será un almuerzo, un café y un print (si alguna foto sale buena) 🙂